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Elemento Metal

  • Foto del escritor: "EstudioLeela"
    "EstudioLeela"
  • 2 abr 2020
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 13 may 2022

Oro, joyas y cristales evocan la simbología del metal en los mitos y cuentos de hadas de todo el mundo.


De acuerdo con la obra de Carl Jung sobre el mito y el sueño, los tesoros de estos mitos pueden estar interpretados como símbolos de conocimiento de si mismo: las verdaderas perlas de la sabiduría, ganadas durante un duro trabajo, honestidad y una intención pura.

La fabulesca busqueda alquímica para transformar el plomo en oro es al mismo tiempo la busqueda de la iluminación interior. El metal en estas historias representa si la sabiduría y el conocimiento de si mismo: las verdaderas riquezas de la vida.


El armamento es otro aspecto del Metal que aparece en los mitos. Espadas, lanzas y cuchillos representan una guadaña simbólica; una separación de las fuerzas, como el bien del mal, lo puro, de lo impuro. Cuando se usan armas, es un signo de eliminación, removiendo algo que ya no es necesario para el hombre. Funciona como agente de cambio, removiendo algo. El metal en el ciclo de los 5 elementos, señala el proceso de refinamiento de la esencia pura que es su producto.

Significa pérdida y reducción, aunque tiene una indestructible pureza que queda cuando todo el resto se ha ido. El aprender y discernir del metal, su busqueda y el heroísmo son arquetipicamente atributos masculinos. Representa la energía arquetípica del padre, que empuja la parte masculina de cada uno de nosotros a ponerla en viaje para buscar el tesoro, matar dragones y transmitir la sabiduría duramente conquistada por aquellos que nos siguen en nuestro camino.


En el mundo natural el metal se forma en las profundidades de la tierra, donde altas temperaturas y presiones hacen que las moléculas se separen en extractos homogéneos. Algunos extractos se enfrían rápido en basaltos volcánicos, otros se condensan gradualmente en minerales y metales. Otros se acumulan en estructuras precisas para formar cristales. Este proceso saca las impurezas y las moléculas de composición diferentes, formando metales puros y distinguidos.


En el ciclo de los 5 elementos el Metal separa lo usado o lo que no es necesario de las esencias puras y mientras lo primero viene eliminado, las esencias se refinan ulteriormente o son conservadas para su uso posterior. El metal hace precisamente eso: concentra la esencia.


En el ciclo YINYANG el Metal significa el ascenso del YIN. Comienza a manifestarse hacia el interior: los objetos muestran los signos de la introversión, de la contracción y del aquieta miento. A nivel físico refina las energías nutridas en la Fase Tierra y las transforma en potencial que viene conservado para utilizarlo sucesivamente. La Tierra contiene, el Metal representa el contenido.

El metal corresponde al otoño en el ciclo de las estaciones. La linfa, fuerza vital de las plantas, se retira de las hojas y de las ramas para recogerse en las raíces, los nutrientes conservados en el subsuelo de este modo retienen su potencia durante el largo y frío invierno. Al mismo tiempo los vasos del árbol canalizan las impurezas hacia arriba, hacia las hojas, que serán eliminadas con la caída, porque cesan de ser funcionales y por lo tanto el árbol deja de nutrirlas. Las frías temperaturas y la disminución de las horas diurnas señalan el creciente dominio del YIN, volviéndose hacia el interior para construir las reservas que necesitarán en el invierno. Los arboles conservan el nutrimiento como linfa, los animales como grasa, la cual es la forma mas densa de conservación de energía.


El otoño también es un tiempo de cosecha de frutas y trigo, usándolos tomamos su esencia. tradicionalmente es tiempo en el cual se hacen las conservas que se usaran en los meses invernales.

El Metal se manifiesta como clima en la sequedad.

Como el Metal, la sequedad representa un proceso de reducción y contracción. Es un un concepto un poco contradictorio que implica tanto el proceso de desagüe o saneamiento que las materias sólidas dejan cuando un campo o contenedor ha sido agotado.

Agotar, en la naturaleza, es la lógica siguiente con respecto a la humedad (Tierra).


El clima seco astringe el aire y el suelo húmedos e impiden o mitigan la descomposición; mientras que la sequedad en el cuerpo, en la forma del metal, filtra la respiración a través de los pulmones y la masa del alimento a través del intestino para aislar su esencia y eliminar las impurezas. Si en el cuerpo secarnos demasiado, nos vuelve agrietados y vulnerables como una llanura en sequía. Es evidente como la piel se vuelve rígida Y escamada, agrietada, especialmente en la cara y en las manos. Son comunes también la tos seca Y los cabellos secos, Así como la constipación que resulta de la falta de fluidos en el intestino.

Desde el punto de vista ambiental la sequedad es pobreza, escasez, rigidez. La ausencia en cualquier exceso o sobrante caracteriza la fase mental.

La tierra árida, los monjes ascéticos, las dietas con el ayuno y los ambientes internos desolados manifiestan el borde afilado del metal; el minimalismo es una virtud del metal.

Desde el punto de vista de las emociones está clásicamente asociado con el disgusto o la displicencia: el acto de soltar, de a abandonar las aflicciones por las pérdidas sufridas. Dado que es tan doloroso, muchos evitan el disgusto, no queriendo experimentar el dolor. Otros asocian el disgusto con la debilidad y no quieren ceder a ella. Por eso es una práctica común ignorar el disgusto, negando su existencia, a no ser en circunstancias extremas. Cada nueva situación penosa amenaza nuestro baluarte de negación, Y nos volvemos cada vez más rígidos en el tentativo de controlar nuestras sensaciones.

Desafortunadamente la costumbre de rechazar el dolor no lo suprime realmente, crea solamente un monstruo dentro de nosotros que agota nuestra energía y desalienta todas las emociones, nos entorpecemos y nos disociamos de nuestra experiencia.

Si honramos el dolor, nos damos cuenta que no es un pesar por una persona o una cosa que ya no esta, más bien es un desapego.

La determinación es el don que no llega después del disgusto, en la toma de conciencia que nos queda algo de gran valor, aunque, o tal vez gracias a la pérdida.

Es la esencia destilada de aquello que teníamos, transforma una parte de nosotros que no podríamos jamás perder.







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